jueves, 11 de abril de 2013

El dramaturgo, el fisiólogo y el dictador

¿Qué relación puede haber entre Lope de Vega, Iván Pávlov y Kim Jong-un? Seré más específico: ¿qué pueden tener en común la comedia El capellán de la Virgen, la teoría de los reflejos condicionados y el ejército de Corea del Norte? Hablar de un vínculo puede parecer descabellado, incluso para los más enterados, pero la realidad dice lo contrario. [«Y así dos orillas tu corazón y el mío, / pues, aunque las separa la corriente de un río, / por debajo del río se unen secretamente», ha escrito el poeta José Ángel Buesa.]
Veamos.
Don Félix Lope de Vega y Carpio, el gran dramaturgo y poeta del Siglo de Oro español, publicó la comedia El capellán de la Virgen en 1623. En la obra, que tiene como protagonista a San Idelfonso, aparece un personaje llamado Mendo, criado y compañero del santo católico. Precisamente, en la escena segunda del acto III, Mendo le cuenta a su madre que San Idelfonso lo castigaba haciéndole comer en el suelo junto a muchos gatos que le quitaban su ración de alimentos. Pero Mendo, pícaro, supo librarse de los molestosos animales. Con engaños los metió en un costal para darles un castigo que no olvidarían jamás, y es que mientras los deshacía a palos, tosía fuertemente; los dejaba descansar, pero al rato volvían la tos y los golpes, y así sucesivamente, hasta que los gatos gruñían y maullaban con solo escucharlo toser. Así Mendo pudo comer tranquilo, pues solo bastaba carraspear para que los felinos huyeran como alma que lleva el diablo.
Por otro lado, la teoría pavloviana hace referencia a dos tipos de reflejos: los incondicionados y los condicionados. Los primeros, anteriores a Pávlov, señalan un vínculo natural entre los estímulos del medio ambiente y las reacciones que generan en el organismo; por ejemplo, un pedazo de carne, dentro de la boca de un perro, provoca que su glándula salival comience a funcionar, es decir, a esparcir su jugo por toda la cavidad bucal. Como se advierte, este tipo de reflejos se producen de manera automática. Con los reflejos condicionados, cosecha de Pávlov, sucede todo lo contrario. Volviendo al ejemplo anterior; antes de introducir el pedazo de carne en la boca del animal, presentemos un determinado suceso ante sus sentidos; un ruido, por ejemplo. Si hacemos esto cada vez que le demos de comer, la segregación salival se convertirá en un reflejo condicionado, pues bastaría con hacer el mismo ruido que hacíamos cuando lo alimentábamos para que —sin necesidad del pedazo de carne— comience a salivar.
Se cuenta que soldados rusos, durante la segunda guerra mundial, aprovecharon la teoría de los reflejos condicionados predisponiendo un gran número de perros para que busquen comida debajo de los tanques enemigos; los canes tenían un mecanismo en el lomo que, al mínimo contacto, activaba la carga explosiva que llevaban consigo.
Ahora el ejército de Corea del Norte, imitando a los rusos, adiestra a perros para atacar en caso de guerra. En efecto, en un video difundido por la televisión estatal de ese país se observa un entrenamiento militar de canes, quienes atacan a un muñeco que tiene pegada una foto del ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Kwan-jim.
Es realmente sorprendente que Lope de Vega se haya adelantado tres siglos a su tiempo, aunque no tanto como ver cuán atrasados mentalmente están muchos norcoreanos.

José Manuel Coaguila

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