martes, 6 de diciembre de 2011

Acerca de la lectura

Muchas veces nos han preguntado que por qué leemos tanto (cosa que es mentira) y cómo hemos hecho para que nos guste hacerlo, pero en muy pocas ocasiones hemos respondido como se debe, quizá por lo difícil que se nos hace hablar de nosotros mismos. Sin embargo, hoy diremos algo al respecto, no sin antes, claro, despersonalizar las interrogantes (así se nos hace más fácil).

Con respecto al por qué leer, arrinconaremos en una esquina gracias como el placer, la estimulación de la imaginación y la fantasía, la inteligencia emocional, el espíritu crítico y la sensibilidad, etc., que si bien son algunas de las múltiples ventajas que ofrece la lectura, son fruto de un análisis muy superficial.

Desde nuestro punto de vista, el motivo fundamental es el cultivo del entendimiento, de la capacidad de abstracción. Leer, pues, afianza el intelecto, nos permite un mejor conocimiento de las cosas y, por lo tanto, un mayor dominio sobre ellas.


Nuestro vocabulario teórico y cognoscitivo está en su mayor parte compuesto por palabras que, por decirlo de alguna forma, no guardan relación directa con la realidad: son recipientes de ideas que sólo existen en la mente humana, cuya finalidad es entender y administrar mejor la realidad política, social y económica en la que vivimos. Palabras como piedra, mesa o árbol hacen referencia a entidades concretas, sensibles, que están allí, en el mundo exterior. Con democracia, relatividad, globalización, igualdad, objetividad sucede todo lo contrario: no son perceptibles; ni siquiera podemos hacernos una imagen mental de lo que designan, sólo conceptualizarlo. Y es que el primer grupo de palabras tiene que ver más con el ver, que es casi animal, a diferencia del segundo, que atañe más al pensar y, por lo tanto, a lo exclusivamente humano.



La lectura, más que entretenimiento o formación de actitudes, es un ejercicio intelectual que nos hace más abstractos, que nos aleja cada vez más de nuestros animalescos orígenes. «Los llamados primitivos son tales porque ―fábulas aparte― en su lenguaje destacan palabras concretas: lo cual garantiza la comunicación, pero escasa capacidad científico-cognoscitiva.»

(En nuestra próxima columna hablaremos sobre cómo motivar la lectura)


Fiorela Velazco Muñoz

2 comentarios: