martes, 29 de mayo de 2012

¿La pierna equivocada?

Nos escribe un lector sobre un asunto interesante. Nos cuenta que hace poco, mientras leía el prólogo de Luis Alberto Sánchez al libro que recoge la correspondencia entre este y Víctor Raúl Haya de la Torre, se sorprendió al enterarse de que a José Carlos Mariátegui le habían cortado la pierna sana. Y nos transcribe un extracto del texto de Sánchez: «Pasaron pocos meses y Mariátegui, que estaba lisiado de una pierna desde la niñez, tuvo que someterse a una operación quirúrgica: le amputaron la pierna sana.»

Nuestro lector, confundido, nos pregunta entonces si es verdad que al gran Amauta le cortaron la extremidad equivocada, como a Jorge Villanueva, un anciano que en enero de 2010 acudió al hospital Sabogal del Callao para que le amputaran una pierna, debido a una úlcera irremediable, y terminaron cortándole la otra.

Uno lee el texto de Sánchez y da la impresión de que es así, ¿pero realmente lo es? La respuesta es «no». Si esto le hubiera ocurrido de verdad a Mariátegui, nadie hubiera podido ocultar u obviar ello, todo lo contrario, estaría en cuanta semblanza y biografía se ha escrito, cosa que no ha sucedido. Pero es necesario aclarar algunos puntos.

José Carlos Mariátegui después de amputada su pierna derecha.

En verdad, el asunto sí que genera confusión, sobre todo para los que no estamos tan al tanto de los detalles de la vida del autor de 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lo cierto es que a Mariátegui sí le cortaron la pierna «sana», pero no la equivocada. Deberíamos decir, mejor, la pierna que por más de 20 años fue la única que gozó de salud y que le permitió, aunque con dificultad, movilizarse.

En su niñez, un golpe en su pierna izquierda le generó una anquilosis que lo mantuvo por mucho tiempo en cama, y aun cuando no, alejado de los pasatiempos propios de su edad, dedicado a la lectura. Con aquella parte de su cuerpo entumecida, el niño José Carlos se hizo adulto, pero aquellos años de minusvalía no solo lo habían convertido en uno de los hombres más cultos del Perú —viéndole el lado positivo al asunto—, sino que también habían sobrecargado el trabajo de su pierna buena. Apareció entonces un tumor en ella, y tuvieron que amputársela para salvarle la vida. Mariátegui perdió así la «pierna sana» de la que hablan Sánchez y todos sus biógrafos.

Esto, como es fácil imaginar, fue terrible para José Carlos, pero supo reponerse. María Wiesse ha dejado constancia de lo difícil que fue para él enterarse de que le habían amputado la extremidad «sana». Pensándolo bien, sí pues, fue como si los médicos se hubiesen equivocado: «Al verse amputado, al constatar que iba a ser un inválido para el resto de su vida, tuvo una crisis de llanto verdaderamente patética y se halaba el cabello, en un arranque de desesperación.»


José Manuel Coaguila

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